Liza se había jurado no revisar jamás la casa donde su madre había muerto, donde le había matado. Por supuesto, era entonces sólo un niño y era sólo un accidente, pero para mucha gente Liza Barton era una criminal.
Los años pasaron. Liza, hecha Celia, conoce por fin la felicidad. Hasta el día cuando Alex, su marido, al que jamás dijo nada sobre el accidente, le hace una sorpresa ofreciéndole una casa en New Jersey … MENDHAN, La casa de su infancia.
A guisa de bienvenida, encuentran esta inscripción, en letras sangre roja: " ¡peligro!” Alguien conoce la identidad verdadera de Celia e intenta hacerla endosar un nuevo crimen.
"Nada vale la dulzura del hogar", es un libro a la vez muy simple y no obstante totalmente cautivando. Un suspense a la mecánica implacable de la que Mary Higgins Clark sabe el secreto.
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